En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos
La fecha en la cual la Asamblea General de las Naciones Unidas, promulgó la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), marcó los precedentes de un gran logro para la humanidad. Es por ello que cada 10 de diciembre, celebramos el Día Internacional de los Derechos Humanos. Desde la Red Latinoamericana de Organizaciones no Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias (RIADIS) ratificamos, en el marco de dicha celebración, el gran valor de este documento histórico, traducido en más de 500 lenguas y, en cuyo contexto, se concede a cada individuo el mismo valor independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Gracias a esta formalidad y al compromiso de los Estados, de las organizaciones y de la sociedad civil, la dignidad de millones de personas ha mejorado de forma considerable, y se han sentado las bases para lograr un cometido central: un mundo más justo.
En el año 2020 hemos asumido grandes retos. Muchos desafíos han surgido en el panorama. Entre ellos, la pandemia por la COVID-19 que ha tenido carácter protagónico; convirtiéndose en el encuadre principal dentro del marco de la celebración de esta importante fecha. El enfoque, entonces, se dirige hacia la necesidad de reconstruir y resarcir los daños, asegurando que los Derechos Humanos sean el pilar de la consolidación de esa recuperación: “Reconstruir para mejorar”.
En el caso de la población con discapacidad, la tarea es aún más compleja. Requiere de un esfuerzo superior que debe asumirse con total compromiso, responsabilidad y planificación. Dentro de nuestra organización (RIADIS), hemos extendido la lucha por la defensa de los Derechos de accesibilidad y la educación de los grupos de riesgo en esta materia, a través de la ejecución de planes organizados y diseñados para los países de la región Latinoamericana y del Caribe que han considerado, además, los preceptos contemplados en instrumentos como el Marco de Sendai para la Prevención de Riesgos de Desastres y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Hemos fortalecido el punto focal de la prevención como la mejor herramienta para abordar los complejos escenarios intrínsecos en la Pandemia. Pero también, hemos dispuesto mecanismos de acción para visibilizar lo invisible y propiciar la compensación de las limitaciones derivadas, como la provisión de alimentos y de medicinas, y la atención de requerimientos específicos para las diversas discapacidades como garantía de accesibilidad e igualdad en medio de la denominada “nueva normalidad”. Las consultas en línea; los enlaces con los gobiernos y la comunicación constante con nuestras organizaciones miembro, han sido de vital importancia para el logro de tales cometidos. Somos visionarios y ratificamos nuestro compromiso con la población con discapacidad de la región durante la pandemia y, además, en los retos que enfrentaremos juntos en el período de reactivación o reconstrucción, una vez superado este trance.
Nos permitimos, basados en la exposición previa, exhortar al trabajo mancomunado, arduo y persistente que sume esfuerzos en aras de propiciar la igualdad de oportunidades para todos los seres humanos para hacer frente al retroceso en el ejercicio pleno de los derechos humanos, producto del impacto de la COVID-19 en nuestra región. Resulta, por ende, absolutamente necesario aplicar los marcos normativos nacionales, regionales y globales, a fin de erradicar las desigualdades, la exclusión y la discriminación arraigadas, sistemáticas e intergeneracionales. La solidaridad mundial conjuntamente con la interconexión y la humanidad que compartimos, deben ser valores preponderantes. La lucha por la difusión y defensa de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH), debe ser más que una consigna, un compromiso permanente de acción conjunta y colaborativa.
Atentamente,
LA JUNTA DIRECTIVA DE RIADIS